Lateralidad cruzada en adultos
La lateralidad se puede tratar en adultos con total eficacia. Disponemos de terapia de lateralidad adecuada a cada persona junto con test previos y pruebas de seguimiento.
Ayudamos a niños y adolescentes a superar dificultades psicomotrices mejorando su coordinación, rendimiento académico y bienestar emocional.
La lateralidad se puede tratar en adultos con total eficacia. Disponemos de terapia de lateralidad adecuada a cada persona junto con test previos y pruebas de seguimiento.
Para mejorar la terapia de lateralidad en niños y adolescentes, se necesita un tratamiento personalizado.
¿Qué es el test de lateralidad? Evaluaremos cada persona para determinar problemas de lateralidad en niños o adultos.
Definición
La psicomotricidad, entendida como la relación entre el movimiento corporal, las capacidades motoras y los procesos cognitivos y emocionales, es un pilar fundamental en el desarrollo integral de las personas.
Cuando hablamos de dificultades en la psicomotricidad, nos referimos a una serie de problemas que afectan la coordinación, el equilibrio y la capacidad de ejecutar movimientos precisos, ya sea en actividades cotidianas o en tareas específicas. Estas dificultades, en muchos casos, tienen su origen en una lateralidad cruzada o mal definida, un factor determinante en el desarrollo de habilidades motoras y cognitivas.
La lateralidad cruzada se produce cuando no existe una dominancia clara entre ambos lados del cuerpo (mano, pie, ojo y oído), lo que puede generar conflictos internos en el sistema neuromotor.
Este desajuste afecta directamente la coordinación motriz tanto gruesa como fina, y dificulta la creación de un esquema corporal sólido. Al no estar bien definido el «lado dominante», el cerebro enfrenta una carga adicional al procesar movimientos que deberían ser automáticos, lo que repercute negativamente en la psicomotricidad.
Las dificultades en la psicomotricidad se manifiestan tanto en la motricidad gruesa como en la motricidad fina, afectando de manera integral el desarrollo físico, cognitivo y emocional.
Estos problemas son comunes en niños y adolescentes con lateralidad cruzada, donde la falta de una dominancia clara entre los lados del cuerpo complica la ejecución de movimientos tanto grandes como pequeños.
La motricidad gruesa incluye los movimientos que involucran grandes grupos musculares, como correr, saltar, mantener el equilibrio o lanzar una pelota. Las dificultades en esta área pueden hacer que los niños se muestren torpes o inseguros en actividades físicas que requieren coordinación y fuerza.
La motricidad fina involucra movimientos más pequeños y detallados que requieren precisión, como escribir, abotonar la ropa, recortar con tijeras o manipular objetos pequeños. Las dificultades en la motricidad fina pueden afectar directamente el rendimiento escolar, especialmente en tareas que requieren escribir o dibujar.
Estas dificultades no solo afectan el desempeño académico, sino que también pueden generar una sensación de frustración y desmotivación, llevando al niño a evitar tareas que requieren habilidades motoras finas.
En el Centro Llorens también ofrecemos terapia online especializada para el tratamiento de dificultades en la psicomotricidad vinculadas a la lateralidad cruzada.
Te ofrecemos un servicio eficaz, cómodo y totalmente personalizado desde casa, con el mismo nivel de profesionalidad que en nuestras sesiones presenciales.
El esquema corporal es la representación mental que tenemos de nuestro propio cuerpo, incluyendo su posición, forma, y cómo se mueve en relación con el entorno.
Es una herramienta fundamental para realizar actividades cotidianas de manera eficiente y automática. Sin embargo, en personas con dificultades psicomotrices, especialmente aquellas asociadas a la lateralidad cruzada, este esquema puede estar poco definido o desorganizado.
Cuando el esquema corporal no está bien establecido, la persona puede experimentar problemas de orientación espacial y coordinación, afectando incluso las tareas más simples. Esto incluye:
La coordinación, esencial para realizar movimientos armónicos, se ve comprometida en aquellos que enfrentan problemas psicomotrices.
Esto incluye la coordinación bilateral, que es la capacidad de usar ambos lados del cuerpo de manera sincronizada, como al cortar con tijeras o montar en bicicleta. Las dificultades en este ámbito no solo limitan las habilidades motoras, sino que también afectan la percepción espacial y la capacidad de organizarse en el entorno.
Las dificultades psicomotrices no se limitan únicamente al ámbito físico; su impacto se extiende de manera significativa a las habilidades cognitivas.
La relación entre movimiento y pensamiento es estrecha, ya que muchas funciones cognitivas dependen de una correcta coordinación motora y de una adecuada orientación espacial.
Un ejemplo evidente de esta conexión es la escritura, una actividad que combina múltiples procesos simultáneamente:
Cuando la psicomotricidad está comprometida, estos procesos se ven afectados, lo que puede hacer que la escritura sea una tarea lenta, desorganizada y frustrante. Esto no solo influye en la presentación de los trabajos escolares, sino también en la capacidad de aprendizaje, ya que escribir es una herramienta fundamental para la adquisición de conocimientos.
Cómo Ayudamos en el Centro Llorens
La intervención temprana y adecuada en las dificultades psicomotrices no solo mejora la coordinación motora, sino que también impacta positivamente en el desarrollo cognitivo, emocional y social.
Abordar la lateralidad cruzada o mal definida es clave para facilitar la integración de los movimientos y optimizar el funcionamiento neuromotor, permitiendo que tareas que antes eran complicadas se realicen de manera fluida y automática.
Cuando se trabaja la lateralidad de forma correcta, los cambios no solo se perciben en la capacidad física, sino también en aspectos emocionales y académicos. La mejora en la psicomotricidad contribuye a:
Nuestro tratamiento de las dificultades psicomotrices y la lateralidad cruzada se basa en un método integral que aborda tanto los aspectos físicos como los emocionales.
Los problemas de motricidad incluyen dificultades en la motricidad gruesa (habilidades como correr, saltar o mantener el equilibrio) y motricidad fina (actividades como escribir, atarse los zapatos o manipular objetos pequeños). Estas dificultades pueden afectar la coordinación, el equilibrio y la precisión, limitando tanto las actividades físicas como las habilidades manuales.
Algunos signos de problemas de motricidad en niños incluyen:
Para ayudar a un niño con problemas de motricidad, es importante:
La poca motricidad fina en niños de 7 años puede deberse a un desarrollo insuficiente de las habilidades manuales, posiblemente relacionado con una lateralidad cruzada. Esto puede dificultar la coordinación entre los ojos y las manos, afectando tareas que requieren precisión, como escribir o cortar. Otros factores, como el nivel de práctica y el entorno, también pueden influir.