Estar en la naturaleza aumenta la microbiota (la salud)
Estudios recientes han demostrado que estar en la naturaleza aumenta la microbiota gracias a la biodiversidad existente en los espacios naturales. Este descubrimiento es importante porque una microbiota rica está asociada a una mayor salud física y mental. Vamos a explicarlo, empezando por comprender el papel que juegan estos microorganismos en nuestro cuerpo.
¿Qué son el microbioma y la microbiota?
El microbioma es el conjunto de microorganismos ̶ sobre todo, hongos, bacterias y virus ̶ que existen en un entorno concreto, incluyendo sus genes. Cuando nos referimos al microbioma de los seres humanos, lo denominamos microbiota: el conjunto de billones de microrganismos que viven sobre nuestra piel o en una zona particular del cuerpo, como el tracto intestinal.
Disponer de una buena microbiota es tan importante para la salud que hasta se están realizando trasplantes fecales para restaurar el equilibrio de estos microorganismos en personas en las que este se ha visto alterado, ya que un desequilibrio puede causar numerosas enfermedades: cardiovasculares, tumorales, autoinmunes, respiratorias, etc.
Y es que, aunque la primera gran dosis de microbiota nos viene dada al nacer a través del canal vaginal y la lactancia, su composición evoluciona a lo largo de toda la vida influenciada por la dieta que seguimos, algunos medicamentos, no dormir suficiente, el estrés y el entorno en el que vivimos.
Asimismo, en los últimos años se está hablando mucho de la microbiota intestinal porque se ha demostrado que existe una comunicación bidireccional entre el intestino, su microbioma y el cerebro.
¿Qué tiene que ver el intestino con el cerebro?
Nuestro intestino y nuestro cerebro se comunican continuamente y de manera bidireccional. Ambos forman un circuito denominado “eje intestino-cerebro”.
La microbiota del intestino moldea el desarrollo del cerebro, nuestro comportamiento y estado de ánimo. A su vez, nuestro cerebro y médula espinal (sistema nervioso central) influye en la composición y función de la microbiota intestinal.
La naturaleza afecta hasta al desarrollo del cerebro
Todos sabemos que pasar tiempo en la naturaleza es bueno para nuestra salud. Hace tiempo que la ciencia ha demostrado que, además de promover la actividad física y la socialización, reduce la frecuencia cardíaca y el nivel de estrés.
Pero hay más. Los científicos también han asociado el pasar tiempo en espacios verdes durante la infancia con una reducción de los niveles de trastornos psiquiátricos en los años posteriores, incluidos los trastornos de estados de ánimo. Y algo todavía más sorprendente: han demostrado que la exposición a estos espacios durante toda la vida está asociada a un mayor volumen de materia gris en la corteza prefrontal; es decir, que tiene un efecto en el desarrollo del cerebro.
Cuanta mayor biodiversidad, mejor para la microbiota y la salud
Muchos de los estudios realizados hasta ahora sobre los beneficios de la naturaleza en la salud no distinguían entre la que pueda haber en el parque de una ciudad y la que nos encontramos cuando vamos al campo o al bosque. No obstante, la distinción es crucial porque la diferencia de su biodiversidad parece ser la clave según la “hipótesis de la diversidad” que vienen sosteniendo últimamente los investigadores.
¿Qué dice la “hipótesis de la diversidad”?
A medida que los seres humanos evolucionaron, una serie de microbios empezaron a habitar en nuestra piel y tracto intestinal. Estos microbios prepararon nuestro sistema inmunitario para responder eficazmente a las amenazas externas de los microbios invasores. El hecho de reducir nuestra exposición a la biodiversidad de la flora y la fauna por vivir en entornos cada vez más urbanizados, reduce también nuestra exposición a estos microbios “buenos” que nos defienden de los invasores. Esta reducción puede aumentar la inflamación, lo que contribuye al aumento de enfermedades como las alergias, los trastornos autoinmunes, las alergias y la obesidad, entre otras.
Además, según recogen numerosos estudios, la inflamación también se relaciona con muchos trastornos psiquiátricos, como la depresión, la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el estrés crónico, así como con el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas. Esta relación puede ser bidireccional: la inflamación crónica puede contribuir a los trastornos psiquiátricos que, a su vez, pueden aumentar la inflamación crónica a través de factores del estilo de vida. Por el contrario, un microbioma saludable puede reducir la inflamación crónica.
Si estos días estás de vacaciones, aprovecha para pasar tiempo en espacios naturales, ¡estar en la naturaleza aumenta la microbiota y, por lo tanto, la salud física y mental!
Luis Elías Llorens Director y fundador de Centro Llorens. Licenciado en Psicología y especializado en Lateralidad. Número de Colegiado: 22891.