TDAH: tipos, síntomas y tratamiento
Qué es el TDAH y tipos
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH, es un trastorno del neurodesarrollo cuyos síntomas empiezan a manifestarse en la infancia. No obstante, a veces el trastorno pasa desapercibido por el entorno de la persona afectada y no se diagnostica hasta que esta es adulta.
Actualmente, todavía se desconoce la causa del TDAH. Debido a que muchos niños con el trastorno tienen un pariente que también lo presenta, se cree que pueden intervenir factores genéticos. Otras causas que se estudian son los factores ambientales. Asimismo, existe una alta comorbilidad entre el TDAH y la lateralidad cruzada, tal como veremos.
El TDAH se clasifica en tres tipos, en función de si se da:
1. Un predominio del déficit de atención.
2. Un predominio de la hiperactividad y la impulsividad.
3. Una combinación de los dos tipos anteriores (este último caso es el más común).
Cómo afecta el trastorno: síntomas y consecuencias
El TDAH afecta, fundamentalmente a las funciones ejecutivas. Estas funciones son las responsables de actividades mentales complejas que nos permiten planificar y organizar nuestras acciones, reflexionar sobre sus consecuencias y evaluar y regular nuestro comportamiento. Los niños con este trastorno muestran una actividad física excesiva, impulsividad y/o tienen dificultades para mantener la atención en una única actividad.
En consecuencia, a las personas con TDAH les cuesta organizarse y llevar acabo las tareas, planificarse y controlar e inhibir sus emociones. Estas dificultades provocan que también tengan problemas de autoestima y de relación con los demás, así como un bajo rendimiento escolar o laboral.
Aunque todos los niños tienen momentos de descontrol y de falta de atención, los que tiene déficit de atención presentan un patrón con ciertas características que se mantienen en el tiempo y que no se corresponden con su edad.
Si bien el diagnóstico de TDAH debe ser realizado por un especialista, los principales síntomas del déficit de atención son:
- Cuando se les habla, parece que no escuchan, que están ausentes.
- Dificultad para organizar sus tareas y actividades, y para mantener la atención en ellas (incluyendo los juegos), independientemente del lugar, la hora y la situación en la que se encuentren. Se distraen fácilmente con los estímulos externos y se ponen inquietos.
- Dificultad para terminar las tareas escolares, domésticas o profesionales.
- Evitan las tareas que exigen concentración durante un periodo prolongado.
- Olvidan las tareas que tienen que hacer en su vida diaria.
- Les cuesta seguir y cumplir instrucciones.
- Incapacidad para prestar atención a los detalles.
- Por descuido, cometen continuos errores cuando hacen los deberes escolares, en el trabajo o cuando realizan otras actividades.
- Pierden la menudo lo que necesitan para poder llevar a cabo las tareas y actividades (el bolígrafo, los apuntes, la agenda, el teléfono móvil, etc.).
Síntomas del TDAH con hiperactividad e impulsividad:
- Hablan en exceso en situaciones en las que no se justifica.
- Interrumpen constantemente a los demás en las conversaciones, cuando se les hace una pregunta, al participar en juegos y actividades, etc.
- Incapacidad para esperar o guardar su turno.
- Les cuesta mucho permanecer sentados, no paran de moverse, e incluso necesitan levantarse.
- Estado de excitación continua.
Los adultos con TDAH presentan una sintomatología muy parecida a la de los niños y adolescentes. Suelen tener problemas para organizarse, no gestionan bien el tiempo, son olvidadizos y empiezan muchas tareas, pero no terminan la mayoría de ellas. Es habitual que hayan tenido numerosos empleos, que su tolerancia a la frustración sea baja y que tengan problemas de inseguridad e irritabilidad. No obstante, su hiperactividad e impulsividad física suele disminuir con los años. La hiperactividad es más mental, cognitiva.», explica la psicóloga de nuestro centro Núria León.
Las funciones que quedan más afectadas por el TDAH
Aunque ya hemos apuntado algunas al hablar específicamente del déficit de atención y de la hiperactividad e impulsividad, las funciones que quedan más afectadas por el TDAH son:
- La atención y la atención sostenida en el tiempo
- La inhibición: la capacidad para detener la propia conducta.
- La iniciación: la capacidad para comenzar una tarea, generar respuestas, resolver conflictos, etc. La procrastinación también es muy habitual.
- La flexibilidad: la capacidad para no estancarse en una situación y poder dar respuesta a ella, cambiar de plan, etc.
- El control emocional: la capacidad para regular las respuestas emocionales.
- La capacidad de organización y planificación para cumplir objetivos y metas (manejar los tiempos).
- La capacidad de evaluación para evaluar la propia conducta.
- La memoria de trabajo: la capacidad para mantener en la memoria la información mientras se estudia o se realiza un trabajo, o para recordar nuestros planes, instrucciones, poder relacionar ideas y datos, etc.
- La capacidad para ver las consecuencias de sus actos.
- Capacidad para seguir instrucciones.
- Expresión verbal.
- Comprensión lectora.
- Capacidad para resolver problemas, generar respuestas y estrategias adecuadas.
- Falta de motivación.
«Algunos niños con TDAH también tienen dificultades de orientación temporal, una dificultad que presentan la mayoría de los pacientes con problemas de lateralidad. De hecho, hay cierta unanimidad entre los expertos sobre que la lateralidad cruzada es un posible factor de riesgo de TDAH, ya que la comorbilidad es alta. Nosotros lo vemos con frecuencia, aunque no en todos los casos», especifica la psicóloga.
Cómo se trata el TDAH en terapia
Los aspectos en los que más se incide en la terapia de TDAH son: la modificación de la conducta, la memoria, la expresión oral, las habilidades visuales, la atención sostenida, la resolución de conflictos, el entrenamiento en habilidades sociales, cómo aprender a planificarse, técnicas de estudio, la potenciación de las propias capacidades, la estimulación de habilidades y las afecciones emocionales. «Muchas de las funciones ejecutivas que están afectadas por el TDAH se pueden entrenar y reforzar gracias a la neuroplasticidad que tiene el cerebro. Incluso cuando hay un diagnóstico de TDAH y lateralidad cruzada, los resultados específicos de los test de cada paciente nos permiten personalizar al máximo los ejercicios que estimulan las capacidades más afectadas», concluye la especialista.
Por las características propias del TDAH, los niños y adolescentes con este trastorno necesitan que en casa las normas y los horarios estén muy bien definidos. Si no tienen esta planificación, su ansiedad aumenta fácilmente.
Además, necesitan que los padres y los profesores les ayuden con interés y paciencia. Por este motivo, cuando un niño inicia la terapia en nuestro centro, el trabajo que realizamos es colaborativo, con padres y profesores.
Luis Elías Llorens Director y fundador de Centro Llorens. Licenciado en Psicología y especializado en Lateralidad. Número de Colegiado: 22891.