La organización temporal y su relación con el aprendizaje escolar

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La organización temporal y su relación con el aprendizaje escolar

La noción de temporalidad es muy abstracta para un niño

Los niños necesitan adquirir la organización temporal para poder realizar los aprendizajes matemáticos básicos y desarrollar la comprensión oral y escrita, ya que la noción de temporalidad está implícita en estos conocimientos. Asimismo, la comprensión de la temporalidad también es imprescindible para que el niño pueda manejarse en su día a día.

Sin embargo, comprender qué es el tiempo, cómo trascurre y cómo se estructura u organiza es algo muy abstracto para un niño. Los conceptos temporales como las horas del día o las ideas de sucesión y secuencia que caracterizan la temporalidad no son obvias en la infancia.

Todos estos conceptos temporales se van entendiendo e incorporando a medida que se produce el desarrollo psicomotor y se adquiere el esquema corporal. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando no se adquiere bien el esquema corporal a causa, por ejemplo, de un problema de lateralidad?

Vamos a ver cómo están interrelacionados todos estos aspectos del desarrollo y cómo la desorganización temporal obstaculiza el aprendizaje escolar.

¿Qué es la organización temporal?

La organización temporal es la capacidad para ubicar nuestro yo y los acontecimientos en el tiempo (presente, pasado y futuro) entendiendo cómo están relacionados entre sí, su estructura y duración.

¿Cuál es su relación con el aprendizaje?

La organización temporal y su relación con el aprendizaje escolar

Comprensión oral y escrita

Cualquier narración incluye hechos y acontecimientos que se desarrollan en el tiempo: en el pasado, presente y/o futuro. Para poder comprenderlos y relacionarlos adecuadamente, necesitamos entender el devenir del tiempo; es decir, conceptos como “antes”, “después”, “causa” y “consecuencia”, “ayer”, “hoy” y “mañana”. Si un niño no puede orientarse en el tiempo ni orientar los acontecimientos en él, no entenderá lo que se le dice o lo que lee, y tampoco podrá hacer un uso correcto de estos conceptos en su expresión verbal y escrita.

Por este motivo, cuando a un niño con problemas de organización temporal se le pregunta qué hizo durante el fin de semana, lo explica en tiempo presente porque, aunque puede reconstruir hechos pasados, no puede situar los hechos en el tiempo correcto. Del mismo modo, lo más probable es que altere el orden de los sucesos (su secuencia).

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Aprendizaje de las matemáticas

Las matemáticas están muy relacionadas con la noción de tiempo, con la secuencia de eventos. Los conceptos “anterior” y “posterior” forman parte de las matemáticas. Por ejemplo, una serie numérica es una sucesión de números que están ordenados siguiendo una relación entre ellos. Entender qué es una secuencia numérica requiere comprender estos conceptos, de otro modo, no se puede saber qué número debe ir antes o después en una serie numérica.

La organización temporal es necesaria para comprender, incluso, algo tan básico como un sencillo enunciado de matemáticas que incluya la suma, la resta, la división o la multiplicación, ya que normalmente partimos de una situación en un momento dado que cambia con el transcurso del tiempo. Por ejemplo: “Pablo tenía 10 lápices de colores (pasado), le dejó 3 a María y 2 a Fernando, ¿cuántos tiene ahora? (presente), y ¿cuántos tendrá si María le devuelve los que le prestó? (futuro)”.

¿Qué más implica no entender el concepto de tiempo?

La organización temporal y su relación con el aprendizaje escolar

Como los niños con dificultades de organización temporal no entienden el tiempo concreto (diferente al tiempo subjetivo), no distinguen entre 5 minutos o 20 minutos. Por este motivo, cuando se les da un tiempo determinado para realizar una tarea, no pueden organizarse el tiempo para llevarla a cabo. Es muy habitual que estos pacientes expresen su frustración en terapia asegurando que no saben cuánto dura un minuto o que no saben de cuánto tiempo disponen cuando su madre les dice que saldrán de casa en 15 minutos.

Asimismo, tampoco saben orientarse en el tiempo ni orientar los acontecimientos en él porque no entienden su estructura en horas, días de la semana, meses, estaciones, etc. Es habitual que estos niños enumeren los días de la semana y los meses del año de memoria, sin entender que posición ocupan unos respecto a otros, qué significa estar en el mes de marzo o que Fin de Año va después de Semana Santa.

En resumen, saben que el tiempo transcurre, pero no entienden cómo ni cómo se estructura, lo cual les causa muchos problemas en el ámbito escolar y familiar, así como una inquietante sensación de descontrol.

¿Cómo se trabaja en terapia?

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En terapia, trabajamos de dos maneras, ambas complementarias:

Por un lado, empezamos a trabajar con el paciente su esquema corporal, ya que la organización temporal va muy relacionada con la organización espacial y esta, a su vez, depende de la corporal. Esto significa, además, que cuando hay problemas de temporalidad, también los hay de organización espacial porque el niño no ha adquirido bien su esquema corporal.

El esquema corporal es el conocimiento que adquirimos en la infancia de nuestro propio cuerpo ̶ tanto en estado estático como en movimiento ̶, la conciencia que tenemos de las diferentes partes que lo constituyen, su relación entre ellas y, fundamentalmente, su relación con el espacio y los objetos que nos rodean.

La noción de esquema corporal es la base de la organización espaciotemporal porque los referentes del espacio (izquierda-derecha, arriba-abajo, etc.) solamente se pueden adquirir a partir de los referentes del propio cuerpo y porque el niño accede a las nociones temporales a través de la sucesión de sus propios movimientos. Al experimentar qué mueve primero y qué mueve después cuando realiza un movimiento con su cuerpo, va comprendiendo la noción de sucesión.

Cuando el niño empieza a comprender su esquema corporal y cómo su cuerpo se orienta en el espacio y en el tiempo, también empieza a entender cómo se ubican y orientan en el tiempo los diferentes objetos y sucesos que ya no parten de sí mismo.

Tal como citan en una publicación de la Universidad de Granada, según Romero Cerezo (2000): “El tiempo es el segundo elemento externo a la propia realidad corporal. Está íntimamente ligado al espacio, formando ambos un todo indisoluble. Todos los movimientos del cuerpo se dan necesariamente en un tiempo y un espacio determinado.”

Paralelamente, se realizan ejercicios para trabajar los conceptos temporales, de tal modo que vayan integrando a través de actividades experienciales cómo se estructura el tiempo, aprendan a referenciar los sucesos y comprendan el concepto de sucesión y de duración.

Susana Lladó

Susana Lladó Experta en Comunicación. Investigo, realizo entrevistas y ayudo a la comprensión y difusión del trastorno de lateralidad en Centro Llorens.

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