Comprensión lectora: habilidades necesarias y formas de mejorarla

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Comprensión lectora: habilidades necesarias y formas de mejorarla

La lectura es la base de la escolaridad

La comprensión lectora es indispensable para poder estudiar y tener un buen rendimiento académico. Aunque un niño haya aprendido a leer, si no comprende lo que lee, no podrá entender los libros de texto, ni hacer un resumen y un esquema, o comprender lo que se le pregunta en el enunciado de un problema de matemáticas. Además, tampoco podrá disfrutar más adelante de una novela o comprender cualquier otro texto, como los de las noticias de un periódico.

¿Cuándo decimos que se comprende lo que se lee?

Decimos que hay una buena comprensión lectora cuando:

  • El niño comprende el significado del texto.
  • Como entiende la información contenida en el texto, puede procesarla, interpretarla, relacionarla con otros conocimientos previamente adquiridos y hacer deducciones a partir del texto.
  • Puede reflexionar sobre lo leído y elaborar una opinión al respecto.
Comprensión lectora: habilidades necesarias y formas de mejorarla

¿Qué habilidades son necesarias para este proceso?

Hay una serie de capacidades y habilidades cognitivas que son necesarias para que el niño pueda llevar a cabo este proceso y para que vaya mejorando en su comprensión lectora:

  • Poder mantener la atención en el texto.
  • Poder reconocer las letras para que el cerebro las interprete adecuadamente; es decir, que no haya problemas de discriminación perceptiva para registrar correctamente los estímulos visuales externos.
  • Memoria: tanto la memoria de trabajo (poder almacenar la información que se está leyendo durante un periodo corto de tiempo) como la memoria a largo plazo (recordar conocimientos anteriores con los que poder poner en relación la lectura que está haciendo).
  • Análisis secuencial de la información: poder hilar lo que se va leyendo para que la lectura tenga una continuidad.
  • Capacidad de síntesis: poder identificar los conceptos e ideas fundamentales del texto, lo cual implica ir recuperando la información leída (memoria) y tener capacidad de abstracción (organizar ideas en la mente).

La lateralidad cruzada y las dificultades de comprensión al leer

Los niños con lateralidad cruzada tienen dificultades de lectura (mecánica lectora) y de comprensión lectora porque se distraen fácilmente y porque no han adquirido correctamente:

    • Esquema corporal (no tienen bien establecidos los puntos de referencia internos y externos para diferenciar espacialmente entre derecha e izquierda, para diferenciar, por ejemplo, entre una “d” y una “b”).
    • Organización perceptiva
    • Orientación derecha-izquierda
    • Estructuración rítmica
    • Estructuración espacial
    • Organización temporal
    • Capacidad de abstracción

En consecuencia, si estos ítems no están adquiridos, tanto el niño como el adolescente tendrán un rendimiento lector deficiente en cuanto a:

1) Mecánica lectora: leerán con dificultad, mecánicamente, añadiendo u omitiendo sílabas a las palabras, y leerán saltándose palabras o líneas (la coordinación óculo-manual está cruzada: mano derecha – ojo izquierdo o a la inversa).

2) La retención lectora: aunque estos niños suelen tener buena memoria, tienen dificultades de concentración y se dispersan con facilidad, ya que son inquietos, hiperactivos y/o presentan una gran desmotivación.

3) La comprensión lectora.

4) Seguir el ritmo de la clase.

Cómo puedes ayudarle a mejorar su comprensión lectora

Comprensión lectora: habilidades necesarias y formas de mejorarla

Aunque en la terapia de lateralidad cruzada se trabajan todos los ítems que hemos mencionado antes, los padres también pueden contribuir a que sus hijos mejoren la comprensión lectora en casa. Os damos algunas pautas que os pueden ayudar:

1. Empezad por leer juntos durante 5-7 minutos. Puede parecer poco tiempo, pero si tu hijo tiene problemas de lectura, no está estimulado para sostener la atención mucho más rato. Ya iréis aumentando poco a poco los minutos.

  • El ambiente de lectura debe ser tranquilo para contribuir a su concentración.
  • La lectura no debe ser rápida. Hay que leer despacio cada línea.
  • Si el texto incluye personajes, ponedles voces diferentes para que los diferentes tonos, ritmos y pausas le ayuden a mejorar su comprensión de lo que está sucediendo en el texto.
  • Es importante que las temáticas le gusten, para que se sienta más motivado.
  • Escoge libros que incluyan imágenes. Esto le facilitará la comprensión
  • Al principio, los textos deben ser breves y sencillos.

2. Después, dedicad unos minutos a que te explique lo que ha leído:

    • Hazle preguntas sobre la información que hay en el texto, del tipo: “¿Qué personaje hace o dice tal cosa?” “¿Dónde transcurre la acción?”, “¿En qué época sucedió esto?”, etc.
    • Hazle preguntas cuyas respuestas se deduzcan del texto, pero que no estén en él. Por ejemplo: “¿Qué quiere decir tal personaje cuando dice….?”, “¿Qué sabes sobre este tema?” o ¿Cómo crees que terminará el cuento?”.
    • Hazle preguntas que requieran que dé una opinión sobre lo que se dice en el texto: “¿Cómo reaccionarías tú si te ocurriera lo que le pasa a …?”, “¿Qué final distinto te gustaría que tuviera esta historia?”, etc.
    • Si no recuerda la información para poder contestar alguna pregunta, volved juntos al texto para buscarla.
    • Si aparecen palabras nuevas, buscad su significado para que vaya ampliando el vocabulario.
    • Pídele que te explique una parte de la lectura utilizando sus propias palabras.
    • Buscad sinónimos para algunas palabras del texto.
    • Además de sinónimos, también podéis jugar a decir antónimos.
    • Pídele que recree una escena del texto en un dibujo.
    • Pídele que piense un título distinto para el cuento.
    • Memorizar no es lo mismo que aprehender. Salvo en las preguntas sobre la información que da el texto, asegúrate de que no está contestando “de memoria”. Si no puede hacer una síntesis de lo que habéis leído o no puede imaginar un final distinto para la historia del texto, lo más probable es que no lo haya entendido.
    • Enséñale a detectar las ideas principales o más relevantes, y marcadlas con un color o subrayándolas. Identificar las ideas principales le ayudará a poder hacer después un esquema y un resumen ordenando estas ideas esenciales de forma jerárquica. También le facilitará recordar lo que ha leído.
    • Haced lo mismo con las ideas secundarias.
    • A medida que se haga mayor, introduce lecturas diversas: una noticia del periódico, una novela corta, las instrucciones de un juego, etc.

Cuando realizamos una actividad con niños, ellos captan enseguida si estamos disfrutando o no. Préstale toda la atención a tu hijo mientras estés con él, implícate y disfruta de ese tiempo compartido. Recuerda que la mejor manera de adquirir y consolidar la comprensión lectora es leer. Cuanto más, mejor. Ayúdale a desarrollar el gusto por este hábito.

Susana Lladó

Susana Lladó Experta en Comunicación. Investigo, realizo entrevistas y ayudo a la comprensión y difusión del trastorno de lateralidad en Centro Llorens.

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