Aprendizaje de la escritura: cómo estimular la motricidad fina

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Aprendizaje de la escritura: cómo estimular la motricidad fina

Motricidad fina: destreza manual y coordinación visomotora

La motricidad fina es la destreza que permite dominar con precisión los movimientos pequeños de manos, dedos, muñecas, brazos y ojos (de sus músculos pequeños) logrando así destreza manual y coordinación visomotora.

Esta destreza empieza a adquirirse desde las primeras etapas del desarrollo infantil y se va perfeccionando a medida que el niño va creciendo hasta que logra utilizar estos grupos musculares finos con precisión y en coordinación con los órganos sensoriales (Hernández, 2017 y Castelo & Malán Guamán, 2017).

Motricidad fina, aprendizaje de la escritura y lateralidad

Es necesario que se dé un buen desarrollo de la motricidad fina para poder adquirir habilidades básicas como la de comer correctamente o la de crear la pinza digital, pinza que es necesaria en el aprendizaje de la escritura.

La pinza digital es el control voluntario y preciso de los dedos índice y pulgar para coger y manipular objetos. Dominar la pinza digital es fundamental en el aprendizaje escolar para coger bien el lápiz y poder escribir correctamente. Es habitual que muchos niños no agarren bien el lápiz debido a que no han desarrollado esta destreza.

Aprendizaje de la escritura: cómo estimular la motricidad fina

Además, la motricidad fina implica desarrollar la fuerza en estos grupos musculares y saber controlarla, lo cual también es imprescindible para que el niño tenga la fuerza suficiente en los dedos para sujetar el lápiz o bolígrafo al escribir, controlar la presión que ejerce sobre el papel e ir mejorando su caligrafía. De otro modo, el niño puede desarrollar disgrafía.

Por estas razones es muy importante estimular este tipo de motricidad en los niños desde edades tempranas mediante diversas actividades psicomotrices como las que veremos más adelante.

Asimismo, algunos ejercicios de motricidad fina también contribuyen a estimular el desarrollo de la lateralidad. Recordemos que una lateralidad bien definida como diestra o zurda es lo que permite al niño distinguir entre su lado derecho y su lado izquierdo, ubicarse en el espacio (además de en el tiempo), poder coordinar bien los movimientos y tener un buen equilibrio (leer el artículo Por qué lateralidad, equilibrio y aprendizaje están interrelacionados).

Cómo estimular el desarrollo de la motricidad fina

Los cinco primeros años de vida son fundamentales en el desarrollo de los niños. En el área motora en concreto, van adquiriendo el control de su propio cuerpo de manera progresiva, empezando por el control de la cabeza, el tronco y así sucesivamente hasta los pies, al mismo tiempo que va controlando primero los hombros, luego los brazos y, finalmente, los dedos y manos.

Aprendizaje de la escritura: cómo estimular la motricidad fina

En el colegio y en casa se puede estimular el desarrollo de la motricidad fina y el de la lateralidad con ejercicios y juegos en los que el niño tenga que:

    • Rasgar: esta técnica con papel implica la utilización del pulgar e índice para rasgar, cortar y doblar.
    • Punzar: consiste en realizar dibujos solamente con puntos hechos con cotonetes (bastoncillos con algodón en los extremos) y diferentes colores. Esta actividad les ayuda a desarrollar la fuerza de los músculos de los dedos y la precisión, además de la atención, concentración y creatividad.
    • Pintar con los dedos y las manos: esta actividad les divierte mucho porque es muy sensorial y tiene los mismos beneficios que la anterior.
    • Modelar con plastilina o arcilla: la plastilina y la arcilla son materiales con una textura que les encanta a los niños, por lo que modelar con ellos es un recurso muy útil para que cojan fuerza en los dedos, para estimular los músculos de estos y de las manos, y la pinza digital.
    • Papiroflexia: consiste en formar figuras y formas doblando un papel. Este juego, además de estimular dedos y manos, fomenta su creatividad, razonamiento, concentración, autocontrol y cooperación.
    • Ensartado: esta actividad consiste en ir insertando un hilo o cordón a través del orificio de cuentas de collares o de otros objetos (en casa, lo podéis hacer con fideos grandes, por ejemplo).

Estos ejercicios no solo contribuyen a un correcto aprendizaje de la escritura, y a adquirir habilidades para realizar actividades cotidianas (abrocharse los botones de una camisa, cepillarse los dientes, atarse los cordones de los zapatos, etc.): les ayudan a desarrollarse integralmente. Numerosas investigaciones como la de Tacuri (2019), muestran que la estimulación de la motricidad fina en los niños de 4-5 años mediante este tipo de ejercicios tiene una gran influencia en aspectos tan fundamentales como “el área cognitiva, motriz, afectiva, creativa y el impulso de la imaginación, logrando de esta manera un fácil proceso de enseñanza y aprendizaje así como la formación de su personalidad, identidad y confianza”.

Los niños que presentan una lateralidad cruzada o insuficientemente definida y/o déficit en su desarrollo motor son los que suelen tener problemas de rendimiento escolar; problemas que pueden superarse en terapia.

Si tu hijo tiene un retraso en su desarrollo motor, te puede interesar leer el artículo Cómo se trabaja la motricidad en terapia.

Si tu hijo tiene problemas de lateralidad, te invitamos a leer el artículo La terapia de lateralidad en niños y adolescentes.

Otras fuentes:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8635215

Susana Lladó

Susana Lladó Experta en Comunicación. Investigo, realizo entrevistas y ayudo a la comprensión y difusión del trastorno de lateralidad en Centro Llorens.

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